y han
sido tantos continentes
llevados
en la valija, con aguaceros de tu reino;
han sido
viejas oraciones de bienvenida
que no
han querido apagarse;
la sed
morena, la ruta vaga, la mirra en cuerpo
y los
hielos de una gardenia en tu oído.
Artabán,
te llamas
porque
te sigo esperando con mis yerbamoras;
mis
cartas de juguete, mi linterna y mi trompo de charol
y un
amuleto que encarcela sueños a prueba del tiempo.
También,
como conoces, mis letras de hojalata
montadas
en un potro derramado en neblina
todo
para esperarte, como mereces, fuera de la historia;
es la
espera del héroe en esta patria de vacíos.
Muy
pronto seré niño
y muy
pronto entre estos parques de mermelada
he
dispuesto este mantel tejido de mis árboles
la grupa
de un mar donde puedas mirarte
un
idioma y una casa de espejos
te
esperaré en sonido,
junto a
estos siglos que te aman sin desprenderse
y
encenderé la hoguera,
con la
sombra de tu arcoiris nocturno.
Marioantonio Rosa.© 2016
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