viernes, 5 de febrero de 2016
RECADO DE LA MEMORIA ROTA (Salmo de patria a Elías Beauchamp e Hiram Rosado)
Llevo tanto tiempo esta herida,
llevo tanta ausencia en ese aire que no estaba
cuando las balas rasgaron el lienzo
y comenzaba el verbo de los olvidados;
llevo una lágrima antigua en mi sombra
llevo las décadas con la misma oración de los calabozos
y el pozo de alacranes que devora la memoria.
Abatidos
en la purísima giralda de la sangre
como exponiendo su eternidad sobre aquel cielo
regado a cuerpo de ceniza,
aquel cielo que no ha regresado libre
partiendo con espada, limpiando con pólvora
el tiempo esclavo que dormimos;
abatidos, casi sin alma, todo con astros
tal vez el incendio de una noche gloriosa
donde queda un único amanecer para redimirse.
Aún escucho las balas
y a el Coronel Riggs con su hipo de rinoceronte
rocando loas lozanas a la democracia;
los disparos que se olvidaron en este muro moderno
donde poca patria se queda en las gavetas
y la modernidad se desquicia al abrazo de las vitrinas
y la poesía, ¿dónde? se hiere con ídolos de color escarlata
de esos ídolos que piden turnos de lectura
para cantarse mayúsculos de aplausos;
aun las balas tan cercanas a tu nombre Hiram,
tan cercanas a tu calandria de fuego, Elías
las sigo recibiendo en mi silencio
y mi silencio va buscando palabras de insomnio
bajo este dormir tan doméstico que nos extingue
bajo esta buena comida, esta ropa del San Juan Mall
este tributo tan putesco al dinero;
balas, que son plegarias a mi pueblo, que son actos
de una carcel que nos riega el conjuro de la sed
y la arenisca que destroza la memoria.
Esa mañana de 1934
fue ayer, el dolor nos ama despojados;
el no pensar, el no sentir,
el no tocar un simple pedazo del espíritu
Elías, Hiram, todo es un desierto
una larga semilla del desierto en la boca
solo basta echar el labio
para quedarnos sin patria
y quedarnos solos.
Marioantonio Rosa.© 2016
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