viernes, 20 de mayo de 2016
EL SILENCIO
Por mucho tiempo he querido escribir sobre el silencio;
su raza de invisibles, su vaso de contemplaciones
y la obsidiana de su templo amarrada entre aguas
donde la voz se pierde en un duelo de espejos
casi como el cuerpo de un cuchillo.
He perdido todo por el silencio
y vivo en la costumbre de repetirme en su habitación;
el deslizarme en su lengua de mil barrancas
nacido y caído entre sus nudos, nacido y caído hacia su sed.
Los relojes se pierden solo en el abismo de su madrugada
y es difícil pensar la tierra,
es demasiado sueño vestirse de orillas
y amarse en su círculo.
Pero es el silencio,
voy a él, ahogado en un desnudo de noches próximas
y tiendo dulcemente mi fogata,
espero su mano de figuraciones, su mano ronca de avatares
dejo pasar el amargo siglo de los hombres
de aquellos que me aman y me odian
simplemente
voy acariciando con silencio mis nuevas armas
antes de regresar a la tierra.
Marioantonio Rosa.© 2016
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