sábado, 30 de abril de 2016

ODA DE LOS DÍAS TRISTES











No puedo decir que estoy triste;
afuera, hay un pájaro brindando lámparas
para buscarle un lugar a este cielo tan nublado
tan latido de destierro, tan natural;
no se puede llorar si el verde de los árboles tiene son de espírtitu
y parecen cercanos los ramajes como brazos
que te abrazan y tocan a tu puerta; un desvelo hermoso
es el agua que queda de todas las lluvias desmayadas

y el silencio que me escucha a sombra.

El aire está detenido,
nos va mirando con herida de ventana interior;
unos ojos donde no queda nada de los hombres
no queda el eco de los panes y los peces

alguien, nos riega el amor de su ausencia.

¿Cómo es posible entonces, la poesía?
No sé, encontré estos versos marchitos desde el mar
hablando de cenizas o puentes rotos;
encontré redes lanzadas contra un rostro que canta;
encontré la sala sin amigos, la televisión encendida,
y un documental sobre Golda Meir en los días de palomas

todo en un tierno objeto de destiempo.


Y al final, esta mañana
colgada en un jardin de amparo cenital

como si quisiera de semillas,
llamarme con tristeza.

Marioantonio Rosa.© 2016

viernes, 15 de abril de 2016

FASCINACIÓN POR LOS PUENTES













(Impresiones para un día feliz III)

Me quedo en el tendido
como otro verano más que le repasa;
me quedo, en su pintura natural,
ya siempre forastera de tantos pasos;
desdoblo su madera, rugosa en los árboles que fueron

un poco más que silencio

y en su sombra salteda
un tránsito de escribir todas las palabras.

La suma,
el otro espíritu recio con el agua;
la cara de esta noche en que me sigo
siempre madura en el puente que cruza y amanece;
hombre de tantos ojos ahogados,
y hombre abandonado de las oraciones

los puentes,
que diluvian esta eternidad herida
ese punto tras otro y hasta otro

se cruza,
se regresa fascinado

como un vidrio de sueño.

Marioantonio Rosa.© 2016

martes, 12 de abril de 2016

ÁRBOL SECO HACIA EL CIELO













(Impresiones para un día feliz II)


el árbol seco,
con su seca divinidad a cuestas
cerrado en llagas de noches cortas
austral, como si siempre estuviese herido
busca el cielo, y habla
sílabas del suelo en soledad,
aun le sirven de mano sedienta;
quedan él, y el cielo,
intacto y lejano, es cielo de Dios
que alto, busca leer sus ramas
le ama en otro verde,
pero ambos hablan de eternidad

acá, abajo,
el silencio de los ojos, míos, tal vez,
alguna vida que no me recuerda.

Marioantonio Rosa.© 2016

viernes, 8 de abril de 2016

RÍO SUAVE Y EL ÁRBOL


(Impresiones para un día feliz I)













Ahí está,
donde no han llegado los hombres;
ahí esta con la soledad colgada al espejo;
puedes ver el océano rizo del árbol
buscando mirarse, puedes ver el silencio
que ya de tu rostro hace la madera;
todo es plácido, descalzo, y deambulante;
el sol lava su caballo con reflejos
el aire en siesta pende de sus cacerías

como si un cuerpo esperara.

Río suave
y el árbol sobre él;
una caricatura de otoño bosteza
y sube verde
entonces gotas de la orilla
trepando como pesadillas domadas al cielo
árbol y río;
y todo esto inmenso;
los hombres no saben llegar

pasan y mueren:

es todo.

Marioantonio Rosa.© 2016

lunes, 4 de abril de 2016

RECADO A IMRE KERTESZ














Deportado en 1944 a Auschwitz-Birkenau, Polonia,
con solo 15 años,
y un sol de niebla en las manos
un agua de miedo en la garganta,
sonando como un río preso y sin hallazgo
tanto sonido de sangre y muerte
tocando el desmayo de tus ojos.

Sobreviviste en tu alma perforada
por los vidrios de una memoria, te olvidaste de nacer,
porque tu libertad estaba fuera de temporada;
tenías el rostro compasivo entre letras
y las manos donde escribías imitaciones al destino

tu novela,
la que leí en Madrid, tras un aguacero del sonido,
se quedó con su número marcado
sombra leve, las muertes que te buscaban;
ya las conocías todas
en su hambre, su robo, su forma de hundimiento
que ahora,
cuando partiste, la muerte no te sigue

sino que espera desvelada en tu huida
por un lejano lugar donde lloraste.

Marioantonio Rosa.© 2016