sábado, 26 de noviembre de 2016

RECADO A FIDEL CASTRO




















Ya sé que no debería decirlo
que no debo poner olas de luto en los labios
y echarte lágrimas a fuego lento;
tenerme prohibido decirte, héroe, comandante,
exclamar que en mi tierra hace mucho tiempo
no existen hombres como tú, que griten revolución;
más bien nuestros elegidos al gobierno
planifican su nueva odisea al robo, a la concubina
a comer bien en finos restaurantes, y hacer televisión;
mas bien mi pueblo abraza los "Black Fridays"
y retrata sus tragos en un bar de moda,
con música a buen volumen, para no pensar,
y seguir enamorados en la hamaca esperando al americano
junto a las buenas fantasías del mantenido:

''nobody does it better"

Tan lejana Cuba, era lejanía desde que era niño
y los periódicos hablaban de ti,
hablaban de cómo enfrentabas al imperio
marchando con un pueblo que nunca te dejó solo
un pueblo en una sola raíz por las calles, y tú, su estrella;
tu voz en la piedra y cauce de lo que se liberaba
la gran ciudadela de tu antorcha encendida
la Cuba lejana, la de los mitos, los entuertos
la Cuba mancillada del bloqueo, las historias de terror

el democrático crimen del congreso americano

ya sé que no debe decirse, te admiraba;
hombre de estado, de rebelión, de templo saqueado
hombre que vio la muerte de 11 presidentes gringos
cada uno con su mentira y vómito
y tú, con el puño en alto en la guerra del patriarca
llevando como Bolivar, tu espada de regiones
regando ese pan de tu voz a los que dormían
sin siquiera la aspiración a llamarse libertad;
y siempre tan lejos, desde este Puerto Rico esclavo,
tan lejos tu pueblo, tu poesía, tu alborada,

¡qué dolor, esa Cuba lejana por la propaganda!

Buen viaje Comandante, me queda decir,
el mismo viaje que hiciste en tu barcaza ''Granma"
con 82 hombres,y con Ernesto Guevara,
buscando el absoluto de la historia, absolución o muerte,
poco importa, que me digan los colonizados lo que quieran
comunista, terrorista, mal agradecido, amigo del régimen
o el pobre diablo que muerde la mano del "amo''
de eso se trata esta historia: de no tener amos,
de ser primero y postrero, de ser único, y de todos,
y no doblar rodillas ante sacos de dinero

Ese fue el legado, Comandante
y lo sigo haciendo mío, como se hace
la eternidad del mar,
desde la más pequeña huella de las gaviotas.

¡Hasta la victoria siempre,
Comandante!

Marioantonio Rosa.© 2016

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