martes, 22 de marzo de 2016

LETRAS PARA UNA TRAGEDIA












(El el aniversario de la Masacre de Ponce)


Hoy es 22 de marzo,
el día ocurre entre regiones intactas;
hay sol afuera, y unos pocos gallos cantan
todavía húmedos del rastro de la noche;
el aire quieto, contemplado y sordo,
como un cuerpo de luto, como un cuerpo del recuerdo;
ayer era 21 de marzo, la sangre en su fotografía,
se acercaba con su orilla de balas y piconazos.
Tocaba las memorias, y tocaba las voces últimas
yaciendo otra vez en el suelo, en aquél Domingo de Ramos,
con los héroes de nuestra República,
la República que tiene un signo de silencio

y un exilio, junto al dolor de no gritar.

No existe un infierno creado para Blanton Winship,
el mismo fuego no puede ocuparse, ni el alacrán, ni el cuchillo,
ni siquiera la sombra se atreve a nombrarse suya;
era un hombre sin ojos, blindado como un puño, y solo,
con esas soledades que solo desnudan las guadañas.
Pesa recordarlo, como el siervo de las órdenes,
pesa decir Estados Unidos, y no llamar la vorágine.
Allí 19 almas cayeron, como lluvias de boca amarga,
allí la sangre ocupó paredes, escribió pancartas, se hizo leal,
en la ya sin norma ocupación de la muchedumbre
una sangre que anda con nosotros, irresoluta.

Mucho tiempo después,
de aquel vaho, de aquella oración acribillada
me llega al oído, junto a esto que escribo, la denuncia;
es curioso, Barack Obama visita La Habana,
cumpliendo la profecía de Fidel Castro, Cuba nunca estuvo sola,
el mar del malecón sigue rugiendo sus botellas mágicas
y Hemingway repite su whiskey junto a su arrebol centenario;
acá, esta Masacre de Ponce sigue sin respuesta,
seguimos perdidos a pesar de Cristo,
seguimos sin coraje, seguimos sin voz, SIN NADA,
con algunos pocos, que recuerdan a los caídos,
estos 19 infinitos,
que siguen gritando nuestra revolución.

Marioantonio Rosa.© 2016

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