sábado, 27 de agosto de 2016

UN VIEJO TEMA SOBRE UN REINO













Quise entrar
al oído de este balcón desvencijado
con su hermosura rasgada en pronombres, sombras que pasan,
y dejan un espejo verde que las nombre;
quise entrar con los pasos de los ojos, los que callan,
y solo sueltan un riachuelo de palabras malheridas.

De pronto me fui viendo en todas sus puertas
tan cerradas como una voz cuando llovizna, de pronto,
me acerqué al comedor con su hambre y sus vacíos
y el polvo que quedaba en un largo juego de sombrillas;
me ví llegando al dormitorio sin cuerpos, al estambre,
de una luna sobreviviente en sangre de barcazas

y hasta en los pasillos
con el nombre de un horizonte repetido al silencio.

Hay un árbol de entreluces,
de muerte y vida, tan sedoso en su cosecha de antiguos

aquí está, pensando mis ojos

con amor y con destierro.

Marioantonio Rosa.© 2016

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