domingo, 18 de diciembre de 2016

APUNTES A UNA CASA TOMADA














Lo bueno de tomarse de los ojos
con un remo de luz, y su oleaje, es la casa,
tan propia en su ancestro de soledad;
es su fachada de tantos aires, tantos tronos de estaciones,
lloviznados lentamente contra su rostro,
y el aviso de tantos pasos fuera de la memoria;
lo bueno de alcanzarse las manos, de temer el toque
son los falsos remansos en la escalera

y una techumbre del espacio, voraz y sospechosa.

Estar de frente
como si llegaras de una población destruida
donde otras casas te hicieron el silencio
y en los hojaldres, antiguamente hermosos
una palabra tuya bastará para el ahogo;
religión de las visiones al asalto,
quemando, esperando, haciendo suaves víctimas
y un desnudo de luto en el otoño de las regaderas
un espejo para la mano y la sombra,
echando y echando himnos, con su sembrador sonámbulo
casa que repites, como de vacío.

Entrar,
con la calma de un viejo ante su década perdida,
y después tomarse de los ojos,
inconcientes.

Marioantonio Rosa.© 2016

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