viernes, 16 de diciembre de 2016

ODA DEL LAMENTO (a Oscar López Rivera)












Esta mañana, con tu voz en la radio,
se fueron despertando las cosas del día;
ese brillo abandonado de la otra noche,
algunos malabares en los árboles,
o el aire carpintero en sus palabras;
esta mañana tu voz, en la entrevista
sonaba con celeste de océano

y el guerrero amasado en lo imposible.

Te escuchaba,
y algo con las lágrimas, algo
que las lágrimas fundían con lo robado
y es que te han robado tanto, Oscar, y en tu grandeza,
poemas como este no existieran;
voy leyendo esa raza de incendios que nos ofreces,
ese no estar rendido, estar con la patria,
y vomitarle el gran abismo a los americanos
-Donald Trump es hijo de Dios, dice el oráculo-
y tú, bajo el silencio de Barack Obama, presidente de los pobres,
que alguna vez hablaba de minorías,
y se ha olvidado de tu celda, de tu esplendor sobre ella,
y ha indultado criminales y narcotraficantes,

¡oh democracia americana desnuda de camándulas!

Pero lloro bajo la ciudadela de tu espíritu,
allí el agua en sus racimos camina por tus salmos,
tienes a tu pueblo cantando su tierra prometida,
la tierra sorda en su cercanía de insomnio,
la tierra, que quizás no vuelve, con los brazos abiertos

Oscar, apenas acabo de escucharte
despertando toda el alba de las cosas
y de pronto el aire,
tiene el sonido que desnudan las espadas

en el día perfecto de la guerra.

Marioantonio Rosa.© 2016

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