viernes, 22 de enero de 2016

ENSUEÑO Y MUERTE















Solo vine para esta noche;
vine a morder estas manzanas en el umbral
a voltear este poema doblado en cuatro costados
como cuatro sangres a la espada.

La tristeza es una casa de hueso
que crispado, oficía geografías;
de ahi ya no quedan sueños que destrozar;
no queda al menos un agua triste
o tu belleza en color de veleros desbocados.

Yo era una piel,
y una herida donde me amanecía;
yo era ese subir iluminado de las manos
donde la piel no recuerda sus incendios
porque alguna vez el mar echó al amor sus fieras
y el rugido roto,
nos fue ahogando brasa a brasa con una luna.

Poeta,
como queda de cerca el oído de la muerte
mira como se deja mirar en los espejos
y como grande en soledad

te va besando poco a poco.

Marioantonio Rosa.© 2016

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