domingo, 26 de junio de 2016

LA SOMBRA DEL TAPIZ





(La "Yunta" de Control Fiscal y la Desobediencia Civil en Puerto Rico)

"A combatir y a desobedecer" Buenas palabras de liberación haciendo primera plana en los periódicos; buenísimas palabras para un cambio. Tuvo que suceder así; En 1957, Albert Memmi escribió “El Retrato del Colonizado”, mientras ocurría el proceso de descolonización en África del Norte. Tunisia, su país de origen, y Algeria se independizaron de Francia. El autor, de colosal vigencia en nuestros días-en lo que a nosotros los puertorriqueños nos toca- tenía un conflicto de identidad terrible: era judío, tunisio y francés. Su libro, nos ha resultado ser un clásico describiendo, muy acertadamente la relación entre el país colonizador y el país colonizado. Por ese viaje de los paralelos, aunque con el mismo palpitar tenemos a Franz Fanon, y su "Los condenados de la tierra" Fanon se dirige con este libro a los desheredados de los países más pobres y fundamentalmente al campesino africano-en otra vuelta y en pleno Siglo XXI hay poquísima distancia con nuestro pueblo esclavo, sumido en el consumismo, el sueño material. la cultura del carro y de lujo claro está, el culto a las deudas para respirar un buen estado en la inexistente billetelandia, el sonambulismo, las compras frívolas para llenar vacíos, todo esto como falsas joyas-Describiendo todo lo relacionado con la colonización destacando de este al racismo. El colonialista desprecia al nativo, considerándolo inferior con un punto de vista de etnocentrismo siendo un sistema inherente a la dominación que se quiere establecer, todo esto con un miedo a la rebelión por parte del colonizado que puede acabar con esta dominación.
Se refiere al colonialismo, como un fenómeno social, si bien no desconoce su naturaleza política. Este analiza la relación entre el colonizado y el colonizador, como nace, como se desarrolla y como se va a transformarse cuando el régimen colonial desaparezca.

¿Suficiente?

Maximilien Robespierre, ''el incorruptible'' nos hablaba de que la República debía defenderse de forma contundente y rápida-hablo del totalitarismo, la imposición, la dictadura interior, o exterior-, arrebatando a sus enemigos la iniciativa, y a esa acción la denominaba el «Terror», esto es, según él, la aplicación inmediata de la justicia republicana con el objetivo de neutralizar a los enemigos de la República. De esta forma, ese denominado "Terror'', en el lenguaje republicano jacobino, es una acción en defensa de la Virtud, al objeto de defender el bien público,

Bastan tres ejemplos como espejo.¿Somos merecedores de nuestra herencia, como pueblo, como nación, como aspirantes a un cambio? ¿Se nos hace imprescindible ahora, más que nunca ganar esa virtud y sentirnos por primera vez prósperos y libres? ¿Podemos pensarnos alguna vez como una unidad, un pueblo decidido y combativo? ¿Preferimos el silencio, la sumersión-incluso inteclectual-moral, solo por seguir escuchando las ''arias'' de las sirenas desnudándose ante la mala política insular, y la ya prostituida conveniencia económica y "lo que nos de el benévolo" americano una vez se haya llenado las tripas, en su ya usual jactancia de segregación y racismo?

¿Nos atreveremos a luchar alguna vez, por nosotros mismos, sabiendo que lo está en juego es SOBREVIVIR?

Gustan estas palabras "combatir y desobedecer"' practicarlas ya es hacer testimonio, hacer buena salud de ellas usando la palabra y la cultura, las ganas, los cojones y ovarios-o viceversa-hay que hacer campaña, escribir discursos directos y sin maquillaje, llevar educación y hacer conciencia en los barrios, los residenciales, hacer POESÍA, más allá de los clubes, los cenáculos, los cultos de suburbio, la competencia, y el concurso de puñaladas traperas. Todo esto es no quedarnos únicamente en un coliseo, gritando "'Patria o muerte'' con vítores, pancartas, y la Borinqueña machetera de Lola. Se trata de involucrar, buscar conspiradores, dentro y fuera de país...y aquí-perdonen mi romanticismo y mala lírica, pero aquí voy-meterle mano a una buena coalición política, sí, coalición, abandonándonos a nosotros mismos y convertirnos al pueblo. Olvidarme de mí, de ver ''como me veo ante los demás y si luzco de maravilla'' y de ahí ser protagonista, NO, es atreverse a ser la muchedumbre, sin modelajes, o pensar qué y cómo saco beneficio...sin esperar: que la única espera sea la justicia y libertad de mi pueblo.
Una coalición política, de cultura y letras. Dar la lección de acción ciudadana que sirva de molde y práctica a Hispanoamérica. Sí, no somos ni seremos ni queremos ser americanos, ya en Hispanomérica tenemos patria y tierra para las semillas futuras.

Y no olvidar la POESÍA. su fuerza, su verdad, su lenguaje, su arma siempre dispuesta a perseguir grandes futuros, No olvidar al verdadero POETA; ese que rasga los espejos de la visión, protesta y combate, se hace plural y recoge las voces de muchos, LAS VOCES DE TODOS...EL
ABSOLUTO.

Llegan al alma estas palabras "combatir y desobedecer" y como ser humano, puertorriqueño, y poeta las abrazo:

Es hora de echarle fuego, a la sombra del tapiz.

Marioantonio Rosa.© 2016

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