He llegado tarde, profesor,
con este ramo de rosas cortadas en verano
y una risa escondida en puerto oscuro
por donde se dibuja un abrazo antiguo
y un tal vez, de los milagros.
Disculpe, mi tardanza,
estaba atrapado en un océano inconcluso
pensando tantos hundimientos posibles
en contra de la muerte.
Pero ya ve, profesor
el hombre es una sola diáspora
descalza y pobre al sonido de la tierra,
no se vaya todavía
el alma, siempre tiene a un niño despierto
con su mariposa de pan y heridas;
es el hombre, después
el que nos abraza enamorado de caracoles amargos
¡Ta, ta, ta, ta!
Necesito verlo, profesor Jirafales
entre copas de abetos rumbo al cielo
el mundo se acaba
y nos hemos olvidado de reir.
Marioantonio Rosa.© 2016
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