martes, 21 de junio de 2016

POEMA DEL LEVE ASOMO














Con esta tibia soledad
echada a la lámpara de estas columnas
busco palabras de miedo;
estoy buscando un tiempo para mis ojos
bajo el color de una sombrilla oculta
y en ella, el llanto con su aguacero crudo
su alma deambulante entre vidrios de la memoria

fijos y fugaces entre su sombra.

¿Que encuentro? ¿De qué amor, desemascaro el viaje?
Atardece eternamente en esta vuelta del mundo;
ni noche, ni día alto, nada tiene horas,
solo este forastero que soy frente a una puerta iluminada.
Una piedra que ayer era una batalla de aguas
amando y despeñándose,

después, silencio.

Nos conocemos tan poco,
que solo queda mirarnos, largamente tendidos
en este suspenso roto que lleva al cielo
un suspenso hermoso de flores marchitas, y su lírica gastada,
como robusta de espejos descalzos,

sigo buscando un tiempo para mis ojos,
allí, cuando el alma se ha marchado.

Marioantonio Rosa.© 2016

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